Índice de contenidos
- Características de la etapa escolar que pueden influir en los hábitos alimentarios de niños y niñas
- ¿Cuáles deben ser los objetivos principales de una correcta alimentación en edad escolar?
- Objetivos generales en edad escolar
- Objetivos nutricionales
- HIDRATOS DE CARBONO
- Podemos ayudarte con la alimentación de tus hijas e hijos
- AZÚCARES
- Algunos riesgos del consumo excesivo de azúcar libre en edad escolar y alimentos que lo contienen
- PROTEÍNAS
- Algunos riesgos del consumo excesivo de proteínas de origen animal en niñas y niños
- GRASAS O LÍPIDOS
- VITAMINAS Y MINERALES
- FIBRA
- Objetivos alimentarios de niños y niñas en edad escolar
- Otras recomendaciones sobre alimentación infantil en etapa escolar
La etapa escolar de infantil y primaria, que incluye desde los 3 a los 12 años, es una franja donde la alimentación también toma gran importancia en la creación y mantenimiento de unos hábitos alimentarios. Hay una gran variedad de características diferentes en este ciclo escolar que influyen directa e indirectamente en los hábitos alimentarios tanto de nueva creación como en la modificación de aquellos que no son tan favorables para que puedan llegar a cumplir los objetivos que se proponen en este artículo. Sin duda, la educación alimentaria sigue siendo el pilar fundamental para que haya una base firme y unos hábitos adecuados que prevengan problemas de salud física y mental futuros.
Características de la etapa escolar que pueden influir en los hábitos alimentarios de niños y niñas
A la hora de trabajar desde la educación alimentaria para conseguir implementar o modificar algún hábito alimentario que nos ayude a cumplir objetivos, creo necesario conocer y actuar en función de las características que describo a continuación teniendo en cuenta que toman un papel mayor o menor según cada niño/a:
- Niños y niñas comprendidos en esta franja de edad no tienen una tasa de crecimiento tan exponencial como los niños de edades comprendidas hasta los 2 años y esto conlleva una disminución de las necesidades energéticas y de algunos nutrientes específicos. Aun así, se encuentran en un crecimiento constante, aunque lento. Por lo que asegurar unos mínimos también tiene gran importancia para que puedan desarrollar todas sus capacidades.
- Para bien o para mal, los niños y niñas en edad escolar ya tienen adquiridos ciertos hábitos alimentarios, sociales, deportivos, familiares, etc. y, además, unos conocimientos sobre la alimentación, gustos y aversiones adquiridos que hacen que sus elecciones alimentarias sean unas u otras.
- Además de el entorno familiar, en esta franja de edad también influyen en sus decisiones y actitudes los compañeros de escuela, la televisión y otros medios de comunicación, los influencers, el comedor e institución escolar, etc.
- Otro punto a tener en cuenta, es que se inicia una autonomía alimentaria ya que pueden por si solos acceder a comida en casa (nevera, cajones, armarios, despensa…) e incluso algunos niños y sobre todo los más mayores, el tener acceso a dinero les permite comprar alimentos fuera de casa (supermercados, panaderías, bares, tiendas de golosinas, máquinas de vendings…). Sin olvidar, que los más mayores principalmente también son capaces de ayudar en la preparación de la comida o prepararse su propia comida a base de los alimentos que dispongamos en casa. Por todo lo descrito en este párrafo, es fundamental que exista en casa un buen y suficiente abastecimiento de alimentos saludables que permitan que puedan hacer elecciones alimentarias adecuadas en casa. Si no las hay, no las escogerán seguro.
- Aunque no es tan frecuente en esta franja de edad, cada vez más niños a edad temprana son conscientes del papel que tiene en la sociedad la imagen corporal ya sea por los medios de comunicación, o por el entorno familiar o social. Esto puede influenciarles desde bien pequeños en sus elecciones alimentarias o en su comportamiento frente a ciertos alimentos o grupos de alimentos. Los entornos familiares donde los adultos viven en eternas dietas restrictivas, premios con la comida, culpa alimentaria, calmar de manera habitual las emociones con la comida, etc. son aspectos que los niños y niñas de esta franja de edad observan y aprenden indirectamente predisponiéndoles a seguir el mismo camino en la edad adulta.
¿Cuáles deben ser los objetivos principales de una correcta alimentación en edad escolar?
Objetivos generales en edad escolar
Como en otras franjas de edad, el objetivo principal es asegurar un crecimiento y desarrollo adecuado, teniendo en cuenta su actividad física y otras características individuales, promoviendo a su vez hábitos alimentarios saludables para prevenir enfermedades nutricionales a corto y largo plazo. Una malnutrición, ya sea por escaso o exceso aporte de alimentos y nutrientes, puede suponer un empeoramiento de su estado de salud tanto en la edad infantil como en la adulta.
Cada vez en los niños españoles (y también de otras partes del mundo) son más notables los problemas de salud relacionados con sus hábitos alimentarios y sobrealimentación, como, por ejemplo: obesidad, sobrepeso, diabetes tipo 2, colesterol y triglicéridos altos, entre otras.
Como muestra de lo comentado con anterioridad, en el primer estudio ALADINO de 2011 (Estudio de Alimentación, Actividad física, Desarrollo Infantil y Obesidad en España) ya se puso de manifiesto la magnitud del problema que había en nuestro país con respecto a la obesidad infantil. En la segunda parte que tuvo lugar en 2013 se vio cómo se estabilizaron las cifras con tendencia a la baja tanto en los números de sobrepeso como en obesidad, echo que permitió cierta esperanza. En el tercer estudio de 2015, ciertamente la prevalencia de sobrepeso se redujo pero la de obesidad se mantuvo. Y finalmente el último estudio hasta la fecha de ALADINO que fue en 2019, muestra que la población infantil española de 6-9 años sigue con prevalencia tanto en obesidad como en sobrepeso. Destacando, que un 4,2% de los escolares con obesidad tienen obesidad severa.
Fuente: ALADINO 2019. AESAN y Ministerio de Consumo.
Visto desde un punto de vista superficial, estos últimos resultados del estudio ALADINO de 2019 nos podrían dar tranquilidad ya que parece que no vamos a peor con respecto a cifras de sobrepeso y obesidad infantil, pero en mi opinión no debería ser así. El primer estudio tuvo lugar en 2011 y hasta el último realizado en 2019, han pasado 8 años en los que con toda la información, herramientas y medios para corregirlo y/o prevenir que tenemos no es consuelo que estemos así. Pero lo que me parece más preocupante, es que estamos hablando de datos del 2019 cuando estamos ya entrando en 2024 y seguimos viendo a nuestros alrededores un gran número de niños con sobrepeso u obesidad, o sin ella, pero ingiriendo de manera habitual alimentos “no recomendados de consumo habitual” o lo que puede ser lo mismo “no ingiriendo opciones recomendadas de consumo habitual” como frutas, vegetales o cereales integrales. Seguimos viendo las papeleras de los colegios y alrededores llenas de bolsas de bollería, patatas xips, zumos, latas de refrescos y bebidas energéticas, etc.
Siguiendo con datos más actuales que remarcan el estado nutricional de nuestros niños/as en España, a nivel europeo, según la Iniciativa de Vigilancia de la Obesidad Infantil (COSI) en un estudio realizado en niños de 6 a 9 años analizados entre 2018 y 2020, España es el tercer país europeo con mayor prevalencia de sobrepeso y el cuarto en obesidad en un índice que abarca a 33 países de la Región Europea de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin olvidar que fue antes de la pandemia (Covid) y es probable que este factor haya influenciado negativamente por el aumento del sedentarismo, consumo de comida rápida y Take away, etc.
¿Y cuál es el motivo de estos resultados? Como ya he dicho al principio, las diversas características numeradas tienen gran influencia, pero también hay que destacar que según evidencian varios estudios elaborados en diferentes partes del mundo como Estados Unidos o Europa, parte de esta prevalencia también se debe a que los padres, familia y entorno no reconocen que sus hijos, nietos, hermanos, etc. tienen un problema con el peso y su alimentación aun ya padeciendo sobrepeso u obesidad. Esto lo vemos en nuestro día a día cuando observas a un adulto ofreciendo habitualmente alimentos de consumo esporádico a niños acompañado de frases como: aún es joven, tiene que crecer, por un día no pasa nada, ya tendrá tiempo de aprender cuando sea mayor, cuando sea como yo ya hará dieta, es que no le gusta otra cosa, es que, si no llora y se pone triste, etc.
Objetivos nutricionales
Los requerimientos o necesidades nutricionales de niños de entre 3 y 12 años es muy variable por lo que es imprescindible individualizar en cada niño ya que, varían además de según la edad, también en función del sexo, ejercicio y actividad física, patologías, etc. Pero por lo general, podríamos hablar de manera orientativa en porcentajes de ciertos macronutrientes:
HIDRATOS DE CARBONO
Procurar que supongan un 50-55% del total de nuestra ingesta, donde el 90% mínimo serán hidratos de carbono complejos (cereales preferiblemente integrales, tubérculos, legumbres, vegetales y frutas) y máximo el 10% en forma de azúcares simples.
Incluso, diversos organismos como el Comité de Nutrición de ESPGHAN recomienda que la ingesta de azúcar libre se reduzca y <5% de la ingesta energética para niños y adolescentes (edades ≥ 2-18 años). Esto es debido a que esta reducción del 5% produciría beneficios directamente sobre la salud. Como nota decir, que la ingesta de azúcar libre debe ser incluso menor en bebés y niños menores de 2 años.
Podemos ayudarte con la alimentación de tus hijas e hijos
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Fuente: Ingesta máxima diaria recomendada de azúcar, (<5% de la ingesta energética). ESPGHAN.
AZÚCARES
Voy a ampliar este concepto, pues considero necesario remarcar la importancia de conocer su significado, y limitar y/o reducir su consumo en toda la familia, pero con particularidad de los más pequeños, ya que es una parte fundamental en la educación o reeducación alimentaria.
Empezaremos por las diferentes definiciones dentro del concepto de azúcar:
- Azúcar intrínseco: se encuentra presente en las paredes celulares intactas de las plantas, cereales, tubérculos, frutas y hortalizas o en la leche y los productos lácteos en forma de lactosa.
Lo encontramos por ejemplo en: todas las frutas, leche y yogures naturales sin azúcares añadidos.
Se considera: “saludable”, su consumo debe y puede ser habitual.
- Azúcar añadido: azúcares refinados (monosacáridos y disacáridos) como el azúcar de mesa, miel, jarabes, fructosas, etc. que se utilizan para elaborar alimentos y bebidas y es añadido por el fabricante, cocinero o consumidor.
Lo encontramos por ejemplo en: yogures azucarados, chucherías, bollería (croissants, bollos, galletas, ensaimadas, etc.), pasteles, mermeladas, chocolates en polvo azucarados que se añaden a la leche, batidos de chocolate, chocolate con leche, refrescos o bebidas energéticas.
Se considera: “insaludable” por lo que su consumo debe ser esporádico.
- Azúcar libre: se incluyen los azúcares añadidos y el azúcar natural de los alimentos que deja de ser intrínseco debido a alguna manipulación tipo mecánica.
Lo encontramos por ejemplo en: zumos de frutas tanto naturales como envasados, aunque sean sin azúcares añadidos, bebidas y batidos que contengan frutas exprimidas o compotas de frutas.
Se considera: “insaludable” por lo que su consumo debe ser esporádico.
- Azúcar total: se refiere tanto al azúcar naturalmente presente en los alimentos, extrínseco o no, como al azúcar libre.
Lo encontramos por ejemplo en: todos los ejemplos anteriores.
Fuente: www.sinazucar.org
A modo de aclaración, ¿Por qué se debe diferenciar entre el consumo de azúcar libre y el consumo de azúcar intrínseco del alimento? Porque el azúcar libre tiene consecuencias fisiológicas diferentes que las del azúcar intrínseco. Los azúcares intrínsecos propios de los alimentos suelen ir unidos a fibra u otros componentes que hacen que se absorban más lentamente y pasen poco a poco a sangre sin propiciar picos de glucemias (azúcar en sangre). El azúcar libre si produce picos de glucemias y otras reacciones que provocan diversos riesgos para la salud de los niños/as que los consumen sin limitación.
Algunos riesgos del consumo excesivo de azúcar libre en edad escolar y alimentos que lo contienen
- Sobrepeso y obesidad.
- Caries dental y problemas bucodentales.
- Enfermedad cardiovascular.
- Hiperlipemia.
- Resistencia a la insulina y/o diabetes tipo 2.
- Molestias gastrointestinales: una mala absorción del azúcar o una ingesta frecuente y excesivas o incluso no tan excesivas en niños susceptibles, puede provocar diarrea crónica, flatulencia, distensión y dolor abdominal entre otras.
- Malnutrición: el consumo frecuente, abundante o no, puede desplazar el consumo de otros alimentos que, si resultan imprescindibles como frutas o cereales integrales, lo que puede afectar negativamente al aporte de nutrientes y disminuir la calidad de la dieta haciendo que sea pobre en vitaminas y minerales. Con todos los problemas de salud que acarrea.
- Efecto no saciante: sin tener en cuenta la cantidad de azúcar libre que pueden aportar, las bebidas con azúcar (refrescos, zumos de frutas naturales o envasadas tanto con cómo sin azúcares añadidos, batidos, yogures azucarados bebibles, etc.) aportan menos saciedad que un alimento en forma sólida e incluso aunque tengan una cantidad equivalente de azúcar o calorías totales. Esto hace que podamos consumirlos en grandes cantidades este tipo de bebidas azucaradas sin ser conscientes del gran aporte energético y de azúcar libre que suponen.
- Modificación de la percepción de la potencia del sabor dulce de los alimentos: aunque la preferencia por el sabor dulce es innata, puede ser modificada o reforzada por exposiciones pre y postnatales. O lo que es lo mismo, el dulce es un sabor que desde los primeros meses de vida aceptamos, pero su intensidad y aceptación de este sabor puede verse modificada según los alimentos dulces que consumimos habitualmente. A más consumo de alimentos con una intensidad de dulzor elevada como el de galletas, repostería, yogures azucarados, mermeladas, etc., menos aceptación del sabor dulce natural que podría ser el que nos aporta una fruta entera madura. Esto hace que muchos niños dejen de querer fruta entera pues no les resulta suficientemente dulce y solo la consumen en forma de zumos, mermeladas, compotas, etc. donde el azúcar libre es elevado y por ello el sabor dulce más potente.
PROTEÍNAS
Se debe de asegurar del total de la ingesta diaria un 10-15% de proteínas de alta calidad, siendo máximo un 65% de este, de origen animal y el resto de origen vegetal.
- Proteínas de origen animal: carne roja (cerdo, ternera y cordero), carne blanca (pavo, pollo y conejo), pescado blanco (merluza, rape, dorada, lenguado…), pescado azul de pequeño tamaño (salmón, sardinas, boquerones…), huevos y derivados lácteos como el queso.
- Proteínas de origen vegetal: legumbres, quinoa, soja y sus derivados como tofu, tempeh o soja texturizada y el seitán.
Nota: para conocer la frecuencia de consumo de cada una de ellas, revisa el apartado de objetivos alimentarios que encontrarás más adelante donde se detallan frecuencia de consumo semanal de los alimentos.
Esta recomendación de no excederse con respecto al consumo de proteínas de origen animal e incluir de manera más habitual el consumo de proteínas de origen vegetal es debido a que un consumo excesivo de proteínas de origen animal, que a la vez suele ir ligado a exceso de consumo de sal, parece tener también relación con la aparición temprana en niños de enfermedades más propias del adulto.
Algunos riesgos del consumo excesivo de proteínas de origen animal en niñas y niños
- Sobrepeso y obesidad: debido a su contenido en grasas saturadas principalmente, preparaciones en las que se ofrecen como rebozados, salsas grasientas, etc. o presentaciones en formato procesados como salchichas, hamburguesas, Nuggets, embutidos, etc. También el abuso de carne roja.
- Desmineralización: puede provocar una excesiva movilización del calcio de los huesos con efectos desfavorables para su mineralización y correcto desarrollo.
- Malnutrición: su consumo abundante o como alimento principal en comidas y cenas, puede desplazar el consumo de otros alimentos que, si resultan imprescindibles como vegetales y cereales integrales.
- Hipertrigliceridemia e hipercolesterolemia: valores elevados en analíticas de colesterol y triglicéridos.
- Hipertensión.
- Problemas cardiovasculares.
- Problemas renales.
- Estreñimiento y problemas digestivos: desplazamiento del consumo de fuentes vegetales que tienen efectos favorables sobre nuestra salud.
GRASAS O LÍPIDOS
Se recomienda incluir en nuestra alimentación en un 30-35% del total de nuestra ingesta. Procurando que del total de grasas que se consuman, el 15% sea a partir de monoinsaturada (aceite de oliva, frutos secos, etc.), 10 % de poliinsaturada (especialmente de omega-3 del pescado), y hasta el 10% restante como grasa saturada (proviene principalmente de carne, pescado, huevo y lácteos).
Por lo tanto, se aconseja que la mayoría de grasas que ofrezcamos y consuman los niños/as sea a partir de aceite de oliva virgen en crudo (no abusar de fritos y preparaciones con un exceso de aceite), aguacate, frutos secos enteros o en cremas y semillas (pipas, sésamo, lino, amapola…), las dos últimas opciones sin sal ni freír, mejor tostadas o crudas. Sin olvidar el consumo de pescados grasos como el salmón y evitando el abuso de proteína de origen animal, mantequillas y todo aquellos ultraprocesados que los contengan.
VITAMINAS Y MINERALES
Una alimentación donde diariamente se ofrezcan una gran variedad de alimentos “saludables”, sin olvidar los de origen vegetal como frutas y verduras, ya suele garantizar cantidades suficientes de ambos micronutrientes siempre y cuando no haya alguna condición de base, como una enfermedad, o alguna peculiaridad del niño/a que lo dificulte y sea necesario recomendaciones alimentarias más específicas o suplementación.
De todas formas, en esta etapa podemos remarcar la necesidad de cubrir: hierro, vitamina B12, calcio, vitamina C, vitamina A y vitamina D. La última vitamina, se absorbe principalmente gracias a la exposición solar diaria y segura por lo que evitar el sedentarismo también es fundamental. Otras vitaminas y minerales que se pueden adquirir con una alimentación variada y suficiente, y que son necesarias en esta etapa son: magnesio, zinc, potasio, yodo, selenio, sodio, folatos, vitamina E y vitamina K.
FIBRA
Existen diversas recomendaciones de ingesta total diaria de fibra que difieren no excesivamente entre las diversas edades comprendidas entre la etapa escolar de infantil y primaria, que es de la que estoy hablando en este artículo. Pero, en conclusión, se debe de asegurar el consumo diario de cereales integrales o de grano entero, vegetales y frutas. Asegurando que hay una ingesta suficiente de agua a lo largo del día y evitar el sedentarismo.
Incluir el consumo de fibra diariamente a través de los alimentos es imprescindible para un correcto equilibrio digestivo, pero también para la prevención de otras patologías no digestivas. La ingesta de fibra dietética tiene relación directa con muchos de los riesgos asociados a una sobrealimentación, algunos de los cuales ya he ido mencionando, como sobrepeso, obesidad, cáncer de colon, diabetes tipo 2 e hipercolesterolemia por ejemplo, pero además, reduce o previene también problemas de estreñimiento, gases, malestar y otras molestias digestivas. La relación es inversa: a más consumo de fibra, menor puede ser la incidencia de los riesgos asociados.
Objetivos alimentarios de niños y niñas en edad escolar
Actualmente, en Cataluña, desde la Agencia de Salud pública se elaboró en 2020 por diferentes especialistas en el ámbito sanitario un documento llamado “La alimentación saludable en la etapa escolar” que podéis descargar aquí y es uno de los que marca o guía a los profesionales de la salud con respecto a las características alimentarias que deben de seguir los niños/as en edad escolar. Es por ello, que veo imprescindible detallar información extraída del documento mencionado para hablar de alimentos y sus recomendaciones de frecuencia de consumo.
Por lo general, la mayoría de los alimentos (con excepciones de algunos que son más puros como el aceite de oliva que prácticamente es grasa), contienen cantidades diferentes y variables de los macro y micronutrientes (hidratos, proteínas, grasas, fibra, vitaminas y minerales). Pero, para que el consumo de estos diversos grupos de alimentos que contienen dichos nutrientes esté en equilibrio y no supongan un exceso o defecto sino un equilibrio que cubra las recomendaciones nutricionales detalladas en el apartado anterior de “objetivos nutricionales”, conviene tener en cuenta las siguientes recomendaciones de frecuencias de consumo semanal orientativas extraídas del documento elaborado por la Agencia de Salud Pública de Cataluña:
Fuente: La alimentación saludable en la etapa escolar. Agencia Salud pública de Cataluña.
A la hora de distribuir los diferentes grupos de alimentos mencionados en la tabla anterior debemos de tener en cuenta que se deben repartir en varias comidas del día. Se recomienda hacer unas 5 ingestas al día, pero siempre individualizando en función de las necesidades de cada niño/a y sus peculiaridades como hábitos, costumbres, sensaciones de hambre, actividad física, religión, etc. Remarcando que no es tan importante el número de comidas como el contenido que haya en ellas. Por ejemplo, puede ser más saludable no desayunar a primera hora de la mañana que, obligarles o insistirles en desayunar y para que se lo coman o vayan rápido ofrecer un desayuno a base de productos altamente azucarados y/o con grasas refinadas como batidos de chocolate o cacao azucarado en polvo para añadir a la leche, bollería como galletas o cereales de desayuno con chocolate o miel.
Respecto a las comidas principales (comida y cena), si es necesario que se ofrezcan diariamente y conviene que sigan la estructura del método del plato o My Plate, desarrollado por el departamento de salud pública de la universidad de Harvard en el año 2014. En él se incluyen los diversos grupos de alimentos que proporcionan energía y nutrientes necesarios para el desarrollo de los niños/as, y en raciones/proporciones adecuadas que aseguran que se pueda seguir una alimentación completa, suficiente y saciante.
En la imagen de abajo*, podéis ver representado el Método del plato, estructura que debería seguir la mayoría de comidas y cenas que ofrecemos en casa y en el comedor escolar. Remarcar, que la idea no es comer en un plato único ni que éste sea pequeño, si no que en uno o dos platos encontremos todos los grupos de alimentos y en las proporciones/raciones sugeridas. La fruta, es el único alimento que puede ofrecerse fuera del plato, como postre, o entre horas (desayuno, media mañana y/o merienda).
En nuestro blog, podéis encontrar un artículo sobre el método del plato, donde conocer algo más sobre este concepto y además descubrir algunas recetas para que os ayude a aplicarlo en casa.
Fuente: My Plate. Harvard T.H. Chan School of Public Health.
* Anotaciones de la imagen:
He borrado la información con respecto a las bebidas ya qué:
- Incluye bebidas como café o té que son de consumo en edad adulta.
- La recomendación que se da sobre el consumo de zumo de fruta no se ajusta a las recomendaciones actuales, que doy en este artículo y de nuestro país. El zumo de frutas se considera una bebida cargada de azúcares libres por lo que su consumo debe ser puntual, no diario ni frecuente.
- Se nombra a los lácteos (leche, yogures y queso). Desde Harvard dan la recomendación de 1-2 raciones al día y desde el documento mencionado de la Agencia de Salud Pública de Cataluña se recomienda de 1-3 raciones al día teniendo en cuenta que se puede sustituir o complementar con bebidas vegetales enriquecidas en calcio y sin azúcares añadidos. En mi opinión, comentar que no de leche sólo vive el hueso y que en caso de que no gusten los lácteos (me refiero a sin azúcares añadidos, sabores, con trozos, con chocolate…), sean intolerantes a la lactosa o que para que los consuman se han de ofrecer azucarados (yogur con azúcar, leche con azúcar o cacao en polvo azucarado, etc.) u en otras presentaciones tipo postres lácteos (flan, natilla, Pettit Suisse, Actimel, etc.) mejor no ofrecer y buscar otras alternativas para cubrir el calcio como consumir diariamente: verduras de la familia de las crucíferas como coles y brócoli, legumbres, frutos secos como las almendras, semillas como el sésamo, salsa tahin, bebidas vegetales sin azúcares añadidos y enriquecidas con calcio, tofu cuajado en sales de calcio, etc.
Otras recomendaciones sobre alimentación infantil en etapa escolar
Sin extenderme mucho más, quiero destacar que hay otros factores que no son nutricionales ni alimentarios que también conviene tener en cuenta ya que influyen directamente en los hábitos alimentarios y el comportamiento de los niños/as con la alimentación.
- Es importante procurar tener unos horarios de comidas lo más regulares posibles y evitar ofrecer snacks o tentempiés (picoteo) fuera de esos horarios para así no desplazar las comidas principales u otros alimentos imprescindibles como frutas.
- Realizar las comidas en ambientes sin distracciones (televisión, móviles, tablet…) ni molestias (ruidos, gritos, temperatura…) y en posición adecuada (sillas adaptadas a su altura, cubiertos adaptados a la edad, etc.).
- Procurar que su/s hijo/s participen en la elección, compra y preparación de alimentos. Que te acompañen al supermercado y al mercado, y cocinen contigo. Que aprendan de donde vienen los alimentos, donde los pueden encontrar, como se preparan, etc.
- Si los niños/as comen en el comedor del colegio o en casa de un familiar como los abuelos, es fundamental tener un feedback con respecto a lo que se les ofrece y lo que comen. Será imprescindible para saber que ofrecer en las otras comidas del día y del fin de semana. Te dejo aquí un artículo que escribí sobre cómo gestionar cuando nuestros niños/as comen en el comedor escolar.
- Practicar con el ejemplo, los adultos sois su modelo a seguir. En casa todos los huéspedes deben de seguir unos hábitos alimentarios como los descritos.
- Es importante que los niños disfruten también de alimentos que no son de consumo habitual si así lo desean y los adultos lo creen conveniente. Por ello recomiendo poner límites y seguir la iniciativa de: no ofrecer, pero tampoco prohibir. Procurar no tener en casa de manera habitual alimentos de consumo esporádico (dulces, bollería, zumos, chocolate con leche, Nuggets, patatas xips, etc.).
- Para cumplir con varias de las recomendaciones anteriores, es importante tener en casa un buen abanico de alimentos recomendados tanto en la nevera como en la despensa. Por ejemplo, será difícil pretender que nuestros hijos cojan fruta para merendar si no hay en casa fruta e intentar que de cada grupo de alimentos haya varias opciones para evitar que las aborrezca o así tenga más opciones que le apetezcan. Si no hay fruta en casa, difícilmente la comerá y además escogerá otras alternativas que probablemente no sean tan adecuadas.
- Para prevenir la deshidratación, hay que intentar ofrecer con regularidad a lo largo del día agua. No sustituir por otro tipo de bebidas como refrescos, aunque sean sin gas, bebidas energéticas, zumos, batidos, etc.
- Los niños y los adolescentes necesitan al menos 60 minutos de actividad física entre moderada y vigorosa todos los días o la mayoría de los días (se recomienda un mínimo de 3 días a la semana) para el mantenimiento de una buena salud y el estado físico que favorezca a su crecimiento y desarrollo.
- Procurar que haya más parques, naturaleza y actividad física diaria en exterior que pantallas. Todo ello influye tanto en la composición corporal como en la sobrealimentación, como en los hábitos de vida.
- Por último y no menos importante, tener en cuenta los posibles factores que pueden influir a nivel de la salud mental de los niños/as. Una malnutrición por exceso o por defecto interfiere directamente en la salud física y mental, y en sus hábitos y conductas alimentarias:
- Los niños/as que tienen y viven con sobrepeso-obesidad a lo largo de su infancia, pueden ser objeto de acoso y maltrato psicológico en la escuela (bulliyng), que estigmatiza, aísla y marca al niño provocando a corto y largo plazo: ansiedad relacionada o no con la comida, depresión, baja autoestima o insatisfacción con su imagen corporal, etc. Todo ello, puede desencadenar un trastornos de la conducta alimentariacomo anorexia, bulimia o trastorno por atracón.
- Los niños/as que crecen en un ambiente obesogénico donde los adultos viven en la eterna dieta de excesos y restricciones alimentarias a lo largo de su infancia, predispone a estos niños a seguir con las mismas conductas alimentarias en la edad adulta. También a que clasifiquen desde pequeños a los alimentos en “buenos” y “malos” pudiendo generar efectos como en el apartado anterior: ansiedad relacionada o no con la comida, depresión, trastornos de la conducta alimentaria, etc.
Patricia Nevot
Dietista - Nutricionista
Bibliografía
- Agencia de Salud Pública de Cataluña. Alimentación saludable en la etapa escolar. Guía para familias y escuelas. Barcelona, junio de 2020.
- Stanford Medicine, Children’s Health. Nutrición: edad escolar. Disponible en: https://www.stanfordchildrens.org/es/topic/default?id=school-agedchildnutrition-90-P05389.
- Polanco Allué. Alimentación del niño en edad preescolar y escolar. An Pediatr, Monogr. 2005;3(1):54-63.
- Ministerio de consumo y agencia española se seguridad alimentaria y nutrición. ALADINO 2019. Informe breve: estudio sobre la alimentación, actividad física, desarrollo infantil y obesidad en España 2019. Disponible en: https://www.aesan.gob.es/AECOSAN/docs/documentos/nutricion/observatorio/Informe_Breve_ALADINO2019_NAOS.pdf
- Ingesta de azúcar en bebés, niños y adolescentes. Disponible en: https://academianutricionydietetica.org/NOTICIAS/azucarespghan.pdf





