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Júlia Farré

Júlia Farré

Dietista-Nutricionista

Dietista-nutricionista especializada en pérdida de peso y obesidad. Directora del Centro de nutrición y psiconutrición Júlia Farré, diplomada y graduada en nutrición humana y dietética. Colegiada número 507 en el Colegio de Dietistas – Nutricionistas de Catalunya.

¿De verdad tu salud solo depende de ti? El mito de la fuerza de voluntad

Seguro que más de una vez has escuchado frases como: “si quieres estar sano, solo tienes que comer bien y hacer ejercicio” o “tu cuerpo es el reflejo de tu fuerza de voluntad”. Esto desencadena a menudo en sensación de frustración en situaciones como por ejemplo en casos deonde se quiere perder peso o aumentar masa muscular.

En redes sociales abundan los mensajes que nos hacen creer que nuestra salud está completamente en nuestras manos, como si fuera una cuestión de disciplina o motivación personal.

La realidad es muy diferente.

Según los datos sobre los determinantes de la salud de GoInvo, lo que hacemos de forma individual influye, pero no lo explica todo. De hecho, nuestros comportamientos solo representan un 36 % del total de factores que determinan nuestra salud.

DETERMINANTES DE TU SALUD 

factores determinantes de la salud

Los determinantes de la salud que sí dependen de ti: El 36%

determinantes de salud que puedes controlar
En esa parte entran hábitos como:

  • Qué y cómo comes.
  • Cuánto te mueves en tu día a día.
  • La calidad de tu sueño.
  • Cómo gestionas el estrés y las emociones.

Pero ojo: que estén en tus manos no significa que sea sencillo controlarlos.
¿Quién no ha querido dormir 8 horas y se ha encontrado con insomnio, turnos de trabajo imposibles o responsabilidades familiares?
¿Quién no ha intentado comer mejor y se ha topado con falta de tiempo, precios más altos o estrés emocional?

Ese 36 % es valioso, pero gestionarlo en la vida real es mucho más difícil de lo que parecen transmitir los mensajes simplistas de internet.

Vamos a ver en qué consiste detalladamente esta parte.

Cuando hablamos de “comportamiento individual” no nos referimos solo a comer mejor o moverte más. Dentro de este bloque entran muchos aspectos cotidianos que influyen directamente en nuestra salud física y mental. Me gustaría destacar los siguientes:

Activos psicológicos (los recursos internos que nos protegen)

  • Nivel de responsabilidad (conscientiousness): personas que se organizan, planifican y cumplen objetivos suelen tener mejores resultados de salud a largo plazo.
  • Autoeficacia: la confianza en que “puedo lograrlo” es clave para mantener hábitos saludables.
  • Optimismo y satisfacción vital: ver la vida con esperanza reduce el riesgo de depresión y favorece la resiliencia ante enfermedades.
  • Función cognitiva en la vejez: mantener la mente activa y estimulada ayuda a retrasar el deterioro cognitivo.

Factores psicológicos de riesgo (cuando la mente juega en contra)

  • Estrés crónico: mantener el cuerpo en “alerta” de forma continua aumenta el riesgo cardiovascular y digestivo.
  • Desesperanza o falta de motivación: sentir que “nada depende de mí” puede frenar la adopción de cambios positivos.
  • Ansiedad y depresión: influyen en la calidad del sueño, la alimentación y el autocuidado, generando un círculo difícil de romper.

Conductas de riesgo

  • Consumo de tabaco, alcohol u otras sustancias.
  • Actividad sexual sin protección adecuada.
  • Conducta al volante (uso del cinturón, velocidad, atención).
  • Comportamientos relacionados con armas o violencia.

Son hábitos que aumentan directamente el riesgo de accidentes, infecciones o enfermedades crónicas.

Estilo de vida saludable

  • Actividad física: moverse regularmente protege el corazón, la mente y ayuda a mantener un peso adecuado.
  • Sueño: dormir mal no es solo “estar cansado”, está asociado a obesidad, diabetes y problemas de memoria.
  • Alimentación: la base de energía y nutrientes; un patrón rico en vegetales, frutas, proteínas de calidad y menos ultraprocesados está directamente vinculado con menor riesgo de enfermedad.

El gran reto: no es tan fácil como parece.

Aunque todo esto forma parte de ese 36 % que “depende de nosotros”, la realidad es que mantenerlo en equilibrio no es sencillo.

  • El estrés laboral, los horarios cambiantes, la falta de apoyo social o el cansancio emocional pueden hacer que dormir bien, comer mejor o entrenar sea mucho más difícil de lo que suena en un consejo de Instagram.
  • Por eso, más que fuerza de voluntad, se necesita acompañamiento profesional, apoyo psicológico y estrategias personalizadas que tengan en cuenta la vida real de cada persona.
Aquí está el punto clave: Lo importante es entender que tus comportamientos influyen, pero no existen aislados: están condicionados por tu contexto, tus emociones y los recursos que tienes disponibles.

Pero… ¿y el otro 64 %?

Factores de tu salud que no dependen de ti
Aquí es donde está la parte que los gurús olvidan mencionar: la mayor parte de tu salud no depende solo de ti.

  • Circunstancias sociales (24 %): tu educación, tu empleo, tu nivel económico, el apoyo que recibes de familia y amigos.
  • Genética (22 %): tu herencia biológica, que puede predisponerte a ciertas enfermedades.
  • Atención médica (11 %): la calidad y accesibilidad del sistema de salud al que puedes acudir.
  • Entorno físico (7 %): la calidad del aire que respiras, el agua que bebes, el barrio en el que vives.

No es lo mismo cuidarse en un entorno con parques, alimentos saludables asequibles y un buen sistema sanitario, que hacerlo en un contexto donde predominan la contaminación, la inseguridad o la falta de acceso a recursos.

No es lo mismo cuidarse en un entorno con parques, alimentos saludables asequibles y un buen sistema sanitario, que hacerlo en un contexto donde predominan la contaminación, la inseguridad o la falta de acceso a recursos.

No cargues con culpas que no son tuyas

Este es el gran error del discurso simplista de las redes: hacernos creer que si no tenemos la salud “perfecta”, es porque no lo intentamos lo suficiente.
Pero tu cuerpo y tu bienestar no son un examen que se aprueba con fuerza de voluntad. Tu salud es el resultado de decisiones individuales + circunstancias sociales + factores genéticos + entorno.

Conclusión

Sí, puedes influir en tu bienestar con tus elecciones cotidianas. Sí, tus hábitos importan mucho. Pero incluso en ese 36 % no siempre es fácil decidir, controlar o sostener todo. Y mucho menos eres 100 % responsable de lo que te ocurre.

Por eso, cuando veas a alguien venderte la idea de que “si quieres, puedes” y que todo depende de ti, recuerda: no es verdad.
La salud es mucho más compleja, y lo más sano que puedes hacer es cuidarte dentro de tus posibilidades, sin sentir culpa por lo que no controlas.

El momento de cuidarte es ahora

En el Centro de Nutrición y Psiconutrición Júlia Farré te acompañamos a mejorar esos hábitos que sí están en tus manos, entendiendo lo difícil que es mantenerlos en el día a día, y sin culpas ni exigencias imposibles. Porque cuidar de ti no significa hacerlo solo/a.

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